Nuestras rosas intemporales, meticulosamente conservadas para mantener su belleza y gracia perpetuas, pueden adornar su espacio durante muchos años. Estas rosas se someten a una cuidadosa preparación y se empaquetan con esmero para garantizar que lleguen a su puerta en un estado impecable.
Al recibir sus rosas eternas preservadas, he aquí algunos consejos sencillos para su cuidado que le ayudarán a apreciar su encanto perdurable:
-
Desembale con cuidado la entrega y retire cualquier material protector que haya protegido a las rosas eternas durante su viaje.
-
Tómese un momento para admirar sus rosas eternas. A diferencia de las flores frescas, no requieren riego ni poda. Están listos para mejorar su entorno de inmediato.
-
Busque un lugar adecuado para sus rosas preservadas donde puedan ser admiradas. Lo mejor es mantenerlos alejados de la luz solar directa, el exceso de humedad y las temperaturas extremas, ya que estos factores pueden afectar a su longevidad.
-
Maneje las rosas eternas con cuidado, evitando tocarlas en exceso. Los aceites naturales de su piel pueden afectar al delicado proceso de conservación.
-
Limpiar sus rosas preservadas no supone ningún esfuerzo: basta con espolvorearlas ligeramente con un paño suave y seco si es necesario.
-
Asegure un entorno seco para sus rosas. Una humedad elevada o la exposición al agua pueden comprometer su estado de conservación.
-
Recuerde siempre, sus rosas eternas no necesitan ningún riego ni alimento especial para plantas. Ya están tratadas para mantener su aspecto cautivador sin ninguna atención adicional.
Nuestras rosas perpetuas ofrecen la belleza imperecedera de las flores frescas con un mantenimiento mínimo, lo que las convierte en un complemento perfecto para cualquier espacio o en un regalo duradero para sus seres queridos.
